Hoy los vacunatorio bonaerense se han vuelto casas de aberturas, donde uno puede ver la variedad de la estrechez de las puertas por la que muchos pasan.
La puerta estrecha, supone aceptar la cruz de cada día, con alegría y generosidad.
Exige esfuerzo, superación, renuncia, paciencia, discernimiento.
Hijos que llevan a sus padres, llenos de fragilidades y se los ve buscando y allando a Dios en cada gesto.
Jesús es siempre la puerta abierta.
"¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y que pocos dan con ellos"
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